El txikiteo ( de la palabra “txiki” en euskera, “pequeño” en castellano) es una costrumbre arraigada en los pueblos y ciudades del País Vasco para relacionarse. Consiste en pasear por la calle donde se concentran inumerables tabernas más próxima a tu domicilio. “Bebe donde vivas” decimos por aquí por si te hidratas en damasía, puedas regresar a casa sin demasiado esfuerzo. En ese paseo conversamos con amigos y conocidos e hidratamos para que la boca no quede seca de tanto hablar. Consumimos bebidas en pequeñas dosis: Vino, cerveza ( llamada “zurito” de la palabra “zuri” en euskera, “blanco” en castellano. Pues tiene bastante espuma), vermut (llamado Marianito, termino de origen incierto), mosto (zumo de uva sin alcohol) o refrescos.

Estas reuniones se dan antes de ir a comer o a cenar. Para deleitar el paladar, y ayudar a que el alcohol no se suba a la cabeza, acompañamos estas bebidas con pequeñas porciones de comida, habitualmente montadas sobre una rodaja de pan y ensartadas con un palillo. A esto le llamamos “pintxo” pues la comida y el pan van pinchados por el palillo. Champiñones, aceitunas, anchoas, bacalao, pimientos, tortillas variadas son pintxos clásicos, todos ellos dispuestos en su plato sobre la barra del bar. También se pueden pedir pintxos calientes, habitualmente montados al momento: croquetas con variados rellenos, gambas orly aquí llamadas “a la gabardina”, mejillones rellenos o con salsa de tomate, los “tigres”, trozos de foies o solomillos con deliciosas salsa y los domingos rabas: tiras de calamar rebozadas. Todos los años se celebran inumerables concursos de pintxos que hacen florecer la creatividad de los cocineros, el gusto de sus clientes y permiten la renovación de la oferta de cada bar. El trofeo para el ganador de estos concursos de cocina en miniatura es una “txapela” (boina en castellano) bordada con el nombre del concurso y la fecha.

Cada barrio de cada ciudad o pueblo tiene una zona de txikiteo donde los vecinos comparten acera con los visitantes. Solemos txikitear de pié, dejando las sillas a nuestros mayores o a quienes nos visitan y no están acostumbrados. No montamos el campamento en la mesa de un bar y nos quedamos allí hasta terminar, vamos de taberna en taberna saludando a los camareros que nos tratan bien y probando sus especialidades.

Y si quereis saber lo que es “llevar el bote” acercaros al País Vasco y os lo enseñaremos.